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COLABORACIONES

Hasta que pase una tragedia

Junio 23, 2017



César Barrera Vázquez

Ha pasado más de medio siglo desde que el honorable cuerpo de bomberos se creó y, a la distancia del tiempo, la verdad es que no ha cambiado en absoluto. Sigue siendo un grupo conformado por ciudadanos altruistas, que arriesgan su vida y que no cuentan con el equipamiento adecuado.

Sin embargo, la ciudad de Colima sí ha cambiado. Ya pasó el tiempo en que Melchor Ursúa, joven en ese entonces, junto con un grupo de amigos apagaban los incendios a cubetazos de agua. Ahora es diferente: la dinámica social y económica ha propiciado que el número de casas, negocios, fábricas, escuelas, entre otras estructuras, aumentaran.

Ya no somos un pueblito, como lo era Colima hace más de 50 años. Actualmente existe todo un desarrollo metropolitano. Pero, no obstante esta realidad, el cuerpo de bomberos no se ha actualizado y funciona con insuficiencias que no sólo ponen en riesgo las vidas de quienes realizan esta noble labor, sino también la de los ciudadanos.

El problema de los bomberos es presupuestario, pero también de una indolencia por parte de las autoridades, tanto municipales, estatales y federales. Y es que desde el municipio se les adeuda la entrega del recurso recabado por la cuota de siniestralidad, y desde el estado y la federación no se ha propuesto un esquema legal que dote de suficiencia presupuestaria y que profesionalice al cuerpo de bomberos.

Por eso el cuerpo de bomberos sigue igual: con equipo antiquísimo y que en su mayoría no funciona. El incendio del domingo en un establecimiento de telas, ubicado en el centro de la capital, fue una llamada de atención: los bomberos, por la falta de equipamiento adecuado, tardaron más de seis horas en apagar el incendio.

En ese sentido, ¿qué pasará cuando se incendie una estructura más grande o en la que se resguarde material inflamable? Se debe trabajar en modernizar el equipamiento y mejorar la formación del cuerpo de bomberos; también se les debe de dotar de un sueldo, porque no se le exige igual a quien hace un trabajo de manera altruista, a uno que recibe un estipendio.

Sobre todo, los tres órdenes de gobierno requieren trabajar de manera coordinada para respaldar el trabajo de los bomberos en el estado. Es una situación que necesita de una respuesta oportuna, pues ya en Villa de Álvarez y Coquimatlán dejaron de brindar este servicio, un tiempo, por la falta de recursos económicos. No hay que esperar una tragedia para actuar.

Dos puntos

El día de antier se aprobó la alerta de género en el estado de Colima. Esta medida implica una serie de mecanismos que dotarán a las autoridades, sobre todo a las de seguridad pública y procuración de justicia, para atender los casos de violencia contra las mujeres. Es una buena señal y sobre todo debe tener un enfoque preventivo, pues muchas de los feminicidios tiene claros antecedentes de violencia.

CESAR BARRERA VAZQUEZ

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