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COLABORACIONES

GRACIAS, SEÑOR VIDEGARAY, POR HUMILLARNOS

Septiembre 07, 2016

Nunca pude imaginar que México, el hermano mayor en América Latina, el país que mantuvo liderazgo desde el río Bravo hasta la Patagonia, sufriera una humillación que internacionalmente lo tiene colocado, desde el pasado miércoles 31 de agosto de 2016, en el podio de la vergüenza, con un intenso dolor nacional y esperando la explicación, no la justificación, del Presidente Enrique Peña Nieto, quien en los últimos 82 años de gobiernos sexenales, es el primero en ser descalificado por más de las dos terceras partes de los 120 millones de mexicanos.
En los medios impresos y en los electrónicos de todo el mundo, sí, en los cinco continentes, México es blanco de todo tipo de comentarios despectivos, por la invitación del Jefe del Ejecutivo Federal al candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos de América, cuya campaña está enfocada de atacar verbalmente, a los mexicanos y a enfatizar, como lo hizo la noche del día arriba citado, que México pagará el muro que él ordenará construir en la frontera norte, una vez que gané las elecciones del próximo 8 de noviembre.
Cabe precisar que la Presidencia de la República informó que la invitación se hizo a los dos candidatos presidenciales, señalando que honraría al Presidente Peña recibirlos en Los Pinos. Desde luego en actos distintos. Trascendió que el secretario de Hacienda se autopropuso para traer al candidato republicano y lo cumplió, aunque procedió con mucha discreción, no podía eludir a quienes lo vieron llegar a la residencia presidencial en el helicóptero que transportó al invitado “incomodo”.
La sumisión de los integrantes de las cúpulas Legislativa y Judicial, así como el bla, bla, bla, de los dirigentes de los partidos políticos, tiene enardecido al pueblo de México. Condenar verbalmente y criticar en charlas de café, no devuelve ni la confianza ni la credibilidad hacia el Presidente de México y por consecuente a su equipo de colaboradores. Según trascendió, Claudia Ruiz Massieu Salinas y Miguel Ángel Osorio Chong presentaron sus renunciaron como titulares de Relaciones Exteriores y de Gobernación. Que no las condicionen, que abandonen las oficinas donde despachan.
A estas alturas del problema, México no gana nada con esas renuncias, como tampoco cambiaría la situación si Luis Videgaray Caso es cesado o renuncia a la secretaría de Hacienda y Crédito Público. Este funcionario es el autor, gestor y consumador de la visita del rival de la señora Hillary Clinton. El gravísimo daño está causado, las consecuencias son irreversibles.
Videgaray Caso impuso su perverso plan y el Presidente Peña Nieto aceptó que era oportuno invitar a los dos aspirantes a la presidencia norteamericana. Videgaray Caso viajó hasta el vecino país para entregar las cartas invitación en las oficinas de campaña de los dos candidatos y el republicano ni tardo ni perezoso inmediatamente contestó que aceptaba, fijando la fecha de su llegada la Capital Mexicana. En Relaciones Exteriores les pasaba de noche todo lo que maquinaba en Los Pinos. La Embajadora Roberta Jacobson no intervino.
Peña Nieto le rindió honores a su invitado. Lo recibió en la sede del Poder Ejecutivo Federal y admitió que el norteamericano lo llamara “amigo”. La entrevista duró 45 minutos, pero la vergüenza trascenderá, todo este siglo, como el acto más oprobioso del sexenio del mexiquense que prefirió salir del país, so pretexto de una importante reunión del G20, en China, que enfrentarse a la realidad derivada del negro suceso.
Ahora la situación se agrava. La señora candidata del Partido Demócrata, el lunes 5 declaró que no vendrá a México o sea que rechaza la invitación, aunque se oiga y se sienta feo. El que si vino, insiste en que su anfitrión “violó el pacto que hicieron”, porque nunca hablaron sobre quién pagará el muro, si es que llega a ser cumplida la amenaza del empresario.
Quiero comentar que muchos culpan a los asesores o consejeros de Peña Nieto, por no orientarlo debidamente en este y en muchos otros asuntos. Más bien debemos pensar que el Presidente de México se resiste a recibir sugerencias, se niega a aceptar que le señalen caminos que no lo lleven al fracaso. Tanto Osorio Chong como Ruiz Massieu Salinas le hicieron ver lo peligroso que era recibir oficialmente a cualquiera de los dos personajes que buscan el mando en la Casa Blanca, la de Washington, porque “estábamos interfirieron en un proceso electoral”. Entonces no responsabilicemos a los consejeros o a los asesores, si es que en algún momento tuvieron injerencia.
La historia de este insólito caso ya le dio la vuelta al mundo. Los comentarios adversos no cesarán por mucho tiempo y la pregunta que oímos en la calle es en torno a ¿qué más podemos esperar del Presidente Peña y de Luis Videgaray?
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿Cómo podrá recomponerse la pésima imagen que hay del sexenio en que el PRI volvió al poder, después de dos derrotas consecutivas?
Jherrerav@live.com.mx

Jorge Herrera Valenzuela

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